" Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella.
Adoraba a su estrella junto al mar. Tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos.. Pero sabía o creía saber, que una estrella no podría ser abrazada por un ser humano.
Creía que sus destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyo todo un poema vital de renuncia y sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle.
Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dio unos pasos hacia adelante y se lanzó al vacio, a su encuentro. Pero al instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar, hubiese volado hacia arriba a reunirse con ella."
" Nada le es mas desagradable a un hombre que tomar el camino que conduce a si mismo. Tu solo tienes miedo si no estás en armonía contigo mismo"
" Acostumbramos a trazar límites demasiado estrechos a nuestra personalidad. Consideramos que solamente pertenece a nuestra persona lo que reconocemos como individual y diferenciador. Pero cada uno de nosotros está constituido por la totalidad del mundo; y así como llevamos en nuestro cuerpo la trayectoria de la evolución hasta el pez y aún mas allá, así llevamos en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Todos los dioses y demonios que han existido, ya sea entre los griegos, chinos o cafres, existen entre nosotros como posibilidades, deseos y soluciones. Si el género humano se extinguiera con la sola excepción de un niño medianamente inteligente, sin ninguna educación, este niño volvería a descubrir el curso de todas las cosas. Y sabría producir de nuevo dioses, demonios, paraísos, prohibiciones, mandamientos y Viejos y Nuevos testamentos.
Hermann Hesse, es uno de los autores que ha viajado conmigo a lo largo de mi ya, madura vida.
Sus obras las leo y releo y han marcado profundamente con sus palabras el sentido vital de como yo comprendo mi existencia.
Fotografía: de Nora Berrocal Rubio