Encontré respuestas en el eco del pensamiento, pensamientos que me acompañan en la paz de mi soledad.
Busqué rincones infinitos; insospechados y escondidos. Y en ellos descubrí aún; cosas sobre mi.
Compartí conmigo misma diálogos, paseos al sol y atardeceres de otoño.
Me sorprendo. Me sorprendo gratamente; porque en el transcurrir de los días, de los momentos, siempre descubro algo. No tengo que buscarlo. Está ahí.
Buscamos paraisos perdidos y nunca encontrados, amores idealizados, casas hermosas; y los techos las paredes los suelos todo lo que nos recubre, nuestro albergue es el yo. Un yo infinito. Mi yo.
A partir de ese concepto, convertido en sentimiento y establecido en mi interior como una verdad absoluta.
El bagaje es más liviano, más intenso, más oloroso, más grato, más tranquilo.
Es cadencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario