Y le contaron..
Qué en el silencio duerme,
la llave imperecedera de la verdad,
qué con cada lágrima vertida,
la mirada es la propia vida,
qué cuando las letras se enamoran,
su savia se hace poesía,
qué al corazón, órgano sabio,
ya no le entran los rayos de sol,
qué ni la mejor de las plumas,
ni las mentes más brillantes,
son nada;
si es la nada el atributo,
como moneda de cambio,
para la adulación,
qué es la sencillez,
qué es la alegría,
toda una inspiración,
qué nos es regalada a todos,
como una máxima sin distinción,
Y le contaron...
qué duermas tranquilo,
qué vivas tus sueños,
qué atesores el amor,
porque de todo,
este es; el mayor sanador.
Fotografía: Nora Berrocal Rubio