Entre tu espacio y mi espacio,
crece un desierto imperfecto,
armadura, cimentada,
donde no existen ya;
las palabras.
Los silencios han quedado,
mudos, sordos y acallados,
y en tu mirada he encontrado,
una antorcha,
ya apagada.
Ascendimos y caímos,
somos ambos infinitos,
y es la hora,
y es la calma,
del partir,
entre dos sonrisas; que se aman.
Fotografía: Nora Berrocal Rubio
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